El parto es un proceso natural que, en la mayoría de los casos, se desarrolla de manera segura. Sin embargo, a veces se recurre a intervenciones médicas para acelerar el nacimiento del bebé. Una de estas intervenciones es la maniobra de Kristeller, que consiste en ejercer presión sobre el abdomen de la madre para “ayudar” al descenso del feto.

En este artículo, analizaremos qué implica esta maniobra, cuáles son los riesgos para la madre y el bebé, qué dicen las guías médicas y cuál es el marco jurídico que protege los derechos de las pacientes. Comprender estos aspectos es fundamental tanto para las familias como para los profesionales de la salud, ya que la maniobra de Kristeller no solo tiene implicaciones médicas, sino también legales.

Qué es la maniobra de Kristeller y cuáles son sus riesgos 

La maniobra de Kristeller consiste en que un profesional sanitario ejerza presión con las manos sobre el fondo del útero durante la segunda fase del parto para “ayudar” a que el bebé descienda más rápido. Normalmente se realiza para acortar el parto, incluso cuando no existe una verdadera urgencia obstétrica.

Esta intervención implica riesgos considerables tanto para la madre como para el bebé:

• Riesgos para la madre: La presión ejercida sobre el útero puede provocar traumatismos que van desde hematomas, dolor en la musculatura abdominal y fracturas de costillas, hasta complicaciones graves como laceraciones del cuello uterino o del canal vaginal, rotura uterina, desprendimiento de placenta o lesiones en órganos internos. En casos extremos, estas complicaciones pueden requerir la extirpación del útero y poner en riesgo la vida de la madre debido a hemorragias graves.

• Riesgos para el bebé: El bebé también puede sufrir consecuencias graves por esta maniobra, incluyendo fracturas de miembros superiores, lesiones en la médula espinal, contusiones, parálisis del plexo braquial y episodios de hipoxia, que pueden derivar en secuelas permanentes.

En lugar de recurrir a esta técnica, la evidencia médica recomienda respetar los tiempos naturales del parto y evitar intervenciones innecesarias.

Recomendaciones médicas y normativa vigente 

Diversas guías y organismos médicos han desaconsejado de manera explícita la maniobra de Kristeller:

• La Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO), en 2007, afirmó que esta maniobra está contraindicada para facilitar el descenso del feto.
• La Guía de Práctica Clínica del Ministerio de Sanidad (2010) establece, con nivel de evidencia “A”, que se recomienda no realizarla.
• La Organización Mundial de la Salud (OMS) ya la clasificaba como práctica de evidencia limitada y de uso cauteloso en su guía de 1996.

Marco jurídico y consentimiento informado 

Cualquier intervención médica requiere consentimiento previo. La Ley 41/2002 garantiza que toda persona tiene derecho a decidir sobre su salud y su cuerpo, y a recibir información completa sobre la intervención, los riesgos y las alternativas disponibles. Realizar la maniobra de Kristeller sin información suficiente o sin consentimiento informado puede constituir una vulneración de derechos del paciente y, en determinados casos, responsabilidad por negligencia médica. 

Conclusión 

La maniobra de Kristeller no solo representa un riesgo médico significativo para la madre y el bebé, sino que también tiene implicaciones legales importantes. Su uso sin justificación médica clara y sin el consentimiento informado de la paciente puede constituir una vulneración de derechos y generar responsabilidad para los profesionales sanitarios.

Conocer los riesgos, respetar los tiempos naturales del parto y garantizar alternativas seguras no es solo una cuestión de buena práctica médica, sino también de protección legal y ética. La información y el consentimiento no son opcionales: son derechos fundamentales de la paciente que todo profesional debe respetar.

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