Existen una serie de hitos o acontecimientos en el desarrollo del bebé y del niño que son comunes a todo el mundo. Estos consisten en realizar movimientos o desarrollar destrezas psicomotrices a ciertas edades como, por ejemplo, voltearse, gatear o hablar.
Cada uno de estos acontecimientos que marcan el correcto desarrollo del bebé y del niño, se deben producir en un rango de edad determinado. Es realmente importante llevar un cierto control de la evolución de dicho desarrollo para poder determinar e identificar a tiempo posibles complicaciones en el mismo.
Por tanto, identificar el correcto desarrollo de estos acontecimientos o hitos sirve como referencia para saber si el bebé o el niño se está desarrollando correctamente y en los tiempos que se consideran normales.
Pero, ¿qué es lo que debe hacer mi bebé en cada etapa de su desarrollo?
Como te comentábamos, lo normal es que los bebés y los niños aprendan a realizar ciertos movimientos, o evolucionar en su desarrollo, en ciertos rangos de edad. De nuevo, es importante llevar un cierto control e ir observando las capacidades que el bebé va adquiriendo para determinar si su evolución está siendo la correcta, va ralentizada o existen irregularidades que nos puedan indicar que dicho desarrollo no se está produciendo correctamente.
Las razones por las cuales la evolución del desarrollo de un niño puede no ser la correcta se deben a diferentes factores. Pero antes de entrar a comentar qué puede causar esta falta o ralentización del desarrollo, vamos a ver cuáles son los hitos o acontecimientos más relevantes en los primeros meses de vida de un bebé:
- De los 0 a los 6 meses:
- Al primer mes de vida:
- Cuando está acostado boca abajo y de frente, el bebé puede levantar ligeramente la cabeza.
- El bebé puede mover sus manos hacia la cabeza y la boca
- Cuando el bebé se sobresalta con un ruido fuerte,por ejemplo, este estira los brazos y extiende los dedos.
- Al segundo mes de vida:
- Cuando está acostado boca abajo y de frente, el bebé puede levantar la cabeza y moverla de lado a lado. Comienza a tener la fuerza suficiente para usar sus brazos en esta posición.
- Cuando está acostado boca arriba, el bebé balancea sus brazos y piernas. Conforme se vaya desarrollando más, estos movimientos serán menos bruscos y más controlados.
- Es capaz de sostener levemente con sus manos pequeños objetos, como algún juguete.
- Al tercer mes de vida:
- Cuando está acostado boca abajo y de frente, el bebé puede levantar perfectamente la cabeza y el pecho. Ahora ya tiene la fuerza suficiente para sostenerse.
- Cuando está acostado boca arriba, el bebé balancea sus brazos y piernas. Ahora sus movimientos son más controlados y con más fuerza.
- Es capaz de agarrar y sostener objetos con fuerza con sus manos.
- Al cuarto mes de vida:
- Cuando está acostado boca abajo, el bebé tiene la fuerza suficiente para mantener la cabeza recta y girarla para mirar a su alrededor. Además, es capaz de mantenerse sobre sus codos con la barriga apoyada en el suelo.
- Cuando está acostado boca arriba es capaz de mecerse de un lado a otro, pero sin llegar a darse la vuelta.
- La fuerza de sus manos es mayor, de modo que puede agarrar los objetos con fuerza y sacudirlos sin que se le escape.
- Al sexto mes de vida:
- El bebé tiene fuerza suficiente para mantenerse sentado sin ayuda, pero sí la necesita para apoyar su peso sobre sus piernas y ponerse de pie.
- El bebé ya es capaz de darse la vuelta cuando está acostado.
- A esta edad es cuando comienza a apoyarse sobre sus manos y rodillas para empezar a gatear.
- Al primer mes de vida:
- De los 7 a los 18 meses:
- A los 9 meses de vida:
- El bebé ya gatea.
- El bebé tiene la fuerza suficiente para agarrarse a un mueble o a una persona para levantarse y mantenerse de pie con ese apoyo.
- Agarrado a su punto de apoyo, el bebé da pequeños pasos para mantener el equilibrio.
- A los 12 meses de vida:
- El bebé se mantiene de pie sin ayuda ni punto de apoyo.
- Comienza a dar sus primeros pasos, algo torpes, sin ayuda.
- El bebé es capaz de sentarse correctamente y mantenerse en esa posición sin ayuda.
- A los 18 meses de vida:
- El bebé es capaz de caminar solo, incluso correr.
- Tiene la fuerza suficiente para subir escaleras a gatas.
- El desarrollo de la motricidad fina se acentúa, ya que es capaz de comer solo o sola utilizando una cuchara. También sabe beber de un vaso.
- A los 9 meses de vida:
Mi bebé aún no ha comenzado a andar, ¿es normal?
Siempre atenta a la supervisión y consejo de tu pediatra, es importante ir reconociendo posibles irregularidades en la evolución de tu bebé.
Tras haber visto los hitos más importantes del desarrollo de un bebé en sus primeros meses de vida, es necesario pararse a reconocer si verdaderamente tu bebé está cumpliendo los “tiempos correctos”.
Uno de los acontecimientos que suelen marcar un antes y un después en el desarrollo de un bebé es el momento en el que comienzan a andar o, incluso, cuando dicen su primera palabra. Suelen ser momentos muy remarcables tanto en la vida del bebé como en la de sus padres.
Es importante aclarar que existen ciertos acontecimientos que pueden suceder durante un largo periodo de tiempo. Es decir, algunos niños pueden comenzar a caminar a los 8 meses, pero otros pueden tardar hasta 18 meses y aún así se considera normal.
Sin embargo, hay que tener en cuenta una serie de factores que pueden alterar el correcto desarrollo de tu bebé.
Complicaciones en el parto y las lesiones de nacimiento
Durante el parto pueden surgir complicaciones o inconvenientes que acaben derivando en lesiones de nacimiento. Estas se definen como cualquier tipo de lesión, ya sea intelectual, cognitiva, física o cualquier combinación de las tres, que tenga como origen y causa un problema ocurrido durante el parto.
Algunas lesiones de nacimiento son visiblemente evidentes tras el parto, pero existen otro tipo de lesiones que hasta pasados unos meses, o incluso años, no se identifican.
Pero, ¿cómo se puede identificar una lesión de nacimiento pasado el tiempo?
Observando al bebé y analizando cómo progresa en su desarrollo: el hecho de que el bebé o niño se salte algún hito en su desarrollo puede convertirse en un indicador clave a la hora de determinar si padece una lesión de nacimiento.
La lesión de nacimiento puede ser resultado de un trabajo de parto y parto mal administrados, de una infección no identificada, un evento que causa la falta de oxígeno o una atención inadecuada en la UCIN. Las lesiones de nacimiento a menudo impactan el cerebro del bebé, lo que puede resultar en trastornos motores, cognitivos, de comportamiento o emocionales.
Por tanto, si crees que tu bebé se ha saltado algún hito en su evolución o desarrollo, es necesario que acudas a un profesional médico para que le realicen un diagnóstico. Existe la posibilidad que te encuentres ante una lesión de nacimiento.
A menudo, estos diagnósticos por lesiones de nacimiento suelen estar asociados a negligencias médicas durante el trabajo de parto y parto. Es por ello que, si te encuentras ante esta situación y crees que has podido sufrir una negligencia médica que haya podido llevar a tu bebé a sufrir una lesión por nacimiento, te aconsejamos que te pongas en contacto con un profesional especializado que pueda asesorarte de inmediato.
Ponte en contacto con nosotros y realizaremos un análisis inicial gratuito y sin compromiso para determinar si nos encontramos o no ante una negligencia médica. En caso afirmativo, ponemos todos nuestros recursos a trabajar para que te sientas segura y consigas una indemnización justa.
Nuestro mayor objetivo es poder ayudarte, porque TODOS SOMOS PACIENTES.