Este logro de nuestro despacho se asentó con el inicio de una denuncia penal en los juzgados de primera instancia e instrucción de Cieza (Murcia) sosteniendo que el paciente, esposo y padre de nuestros representados, falleció debido a una mala praxis médica debido a la falta de control en un proceso infeccioso que sufrió en el Hospital de la Vega Lorenzo Guirao, de Murcia.
La tesis defendida por nuestro despacho se argumentó en que la actuación contraria a la Lex Artis se produjo cuando el personal sanitario, ante la infección que soportaba el paciente, no tomó ninguna medida como indicaban los protocolos y con la celeridad que el caso requería para detener el avance de esta.
Desde el inicio de nuestra actuación, denunciamos y acreditamos que la intervención quirúrgica no se realizó con los niveles mínimos de asepsia exigibles, sosteniendo que la infección protésica es uno de los riesgos más habituales en la cirugía de rodilla, y que el riesgo aumenta en las cirugías de revisión o reemplazo de prótesis y calificamos como sorprendente e inaudita la anotación que se emitió por parte del cirujano y de la que se dejó constancia en el Historial Clínico del paciente que transcribimos:
“Se mantendrá el fin de semana con cobertura antibiótica ya que las miserables batas quirúrgicas que nos proporcionaron ayer presentaron orificios y son de más que dudosa impermeabilidad”.
Además de esta mala actuación médica, se le sumaron un sin número de retrasos médicos como son la falta de eliminación de la prótesis o retraso en el lavado quirúrgico ante el avance de la infección según las alteraciones analíticas.
Cuando se decide la limpieza quirúrgica en el paciente, se retrasa hasta 48 días después del ingreso y 28 días tras la decisión de realizar el tratamiento quirúrgico, tiempo esencial para el avance y la evolución de la infección. La celeridad del tratamiento es vital para evitar la expansión de la infección bacteriana.
Nuestra denuncia no dejó lugar a dudas de que la conducta del equipo médico del Servicio Murciano de Salud, encargado de la atención médica del paciente fue claramente descuidada y contraria a la Lex Artis.
Demostramos que su actuación llegó hasta el punto de que padeciendo el esposo y padre de nuestras representadas síntomas claros de la evolución de la infección que padecía en el hospital, todos sus actos médicos se alejaron de los protocolos con una dilación incomprensible.
Con la oportuna denuncia penal por la gravedad de los hechos, más el asesoramiento e informe pericial de nuestros médicos, se llegó a un acuerdo indemnizatorio por el monto de 120.000 euros.
Desde nuestro despacho intentamos poner todos los medios disponibles para favorecer el cierre de los expedientes de la manera más rápida posible, como también ocurrió en este caso.
Por último, este caso también pone en evidencia el estado de muchos de los centros del sistema sanitario publico; resulta sorprendente que un sistema tan costoso mantenga unos niveles de ineficacia de magnitud semejante a los quirófanos improvisados, como lo narrado por el personal de cirugía.
Si crees que este puede ser tu caso o conoces una situación similar, no dudes en contactar con nuestro despacho, ya que el tiempo es crucial para hacer todas las reclamaciones que sean pertinentes.
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