Los hechos se suceden cuando antes de la intervención de cadera realizada al paciente, en marzo del 2012, se realizó una prueba rutinaria de radiografía de tórax para ver si existía algún elemento de riesgo para ser anestesiado.
Dicha prueba dio como resultado una mancha en el pulmón claramente indicativa de cáncer, hasta el extremo que el radiólogo anotó la indicación de revisión de la misma. Esta prueba, que fue encargada por el personal sanitario denunciado no fue abierta y por lo tanto no fue revisada. Siendo el responsable de su verificación el denunciado.
Más de un año después, a final de agosto del 2013, el paciente comienza a presentar síntomas de cáncer de pulmón. La desidia negligente del denunciado supuso la imposibilidad de diagnóstico precoz del cáncer de pulmón del enfermo, permitiendo el desarrollo del cáncer durante más de un año sin ningún tipo de tratamiento.
Resulta evidente que la detección precoz de un cáncer es fundamental para su curación, por lo que la negligencia médica ha permitido el desarrollo del cáncer de pulmón durante más de un año tiempo determinante y excesivamente largo para la evolución de un cáncer sin diagnosticar.
Tras luchar contra el cáncer y recibir tratamiento de quimioterapia y radioterapia, el paciente falleció el 11 de marzo de 2014.
El denunciado optó sin embargo por dejarse llevar por una percepción errónea de que todas las pruebas que encarga suelen retornar correctas. Ese “ojo clínico”, algo en lo que incurren muchos médicos -y que nuestro despacho puede confirmar tristemente- creó una innecesaria situación de riesgo, dejándose llevar por el fácil camino de dar por correctas las pruebas sin mirarlas.
Desde nuestro despacho se defendió a la familia del fallecido, sosteniendo que el comportamiento de abandono o descuido del equipo médico sobre el control de la prueba médica supone una notoria vulneración de la Lex Artis.
Los hechos relatados originaron que nuestro despacho presentará una denuncia penal contra el equipo médico y sus compañías aseguradoras. Durante la instrucción del procedimiento y antes de llegar al juicio, el despacho realizó las gestiones oportunas para alcanzar un acuerdo indemnizatorio con la compañía aseguradora del hospital por la suma de 110.000 euros.
El dolor de una familia por dilucidar lo que había ocurrido con la salud de su esposo y padre, nos impulsó como abogados especialistas en negligencias médicas a acompañarlos en el doloroso camino hacia una verdad que, aunque dolorosa, necesitaba ser esclarecida para poder hacer el duelo correspondiente.
Si crees que este puede ser tu caso o conoces una situación similar, no dudes en contactar con nuestro despacho, ya que el tiempo es crucial para hacer todas las reclamaciones que sean pertinentes.
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